Sorginen Soinua (El sonido de las brujas)
Cuando me planteé -a sugerencia de Mª Antonia Rodríguez gerente de la Orquesta Sinfónica de Navarra-presentar una obra candidata para la Fundación SGAE y AEOS, no tuve duda de la temática.
Siempre he sentido una enorme atracción por el mágico, sugerente y misterioso mundo de las brujas. Muchas de las leyendas, mitos y supersticiones presentes en nuestra cultura vasco-navarra, las he escuchado en el entorno familiar. Nací en Arrasate-Mondragón, crecí rodeada de montañas, como Udalaitz y Anboto, dos cumbres emblemáticas de la montaña vasca. En esta última vivía Mari o la dama de Anboto, considerada como maestra y señora de las brujas, y protagonista de muchos de los relatos que escuchaba acerca de este fascinante mundo.
Sorginen soinua se estrenó en Pamplona el 29 de septiembre de 2022 bajo la dirección del maestro Perry So. Hoy 19 de enero de 2023 la misma orquesta y director la van a tocar en el Auditorio Nacional de Música de Madrid.
Para una compositora la interpretación de una de sus obras sinfónicas es un momento formidable.
Es muy complicado y extraordinario que nos encarguen obras para esta formación. Nos pasamos la vida soñando con escuchar nuestras propuestas sonoras, las que habitualmente solo habitan en nuestra mente, en este gran formato.
Este es un extracto de lo que Eva Sandoval, Musicóloga e informadora de Radio Clásica (RTVE) escribe en las Notas al Programa sobre la obra.
“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad, un procedimiento, no obstante, trabajoso y, por tanto, impopular”. Carl Jung (1875-1961)
Arzamendi ha desarrollado una ecléctica trayectoria profesional. Desde el punto de vista pedagógico, ha sido profesora de música en distintas disciplinas y, como directora, se ha interesado en la formación de jóvenes intérpretes. Es muy destacable su labor como gestora musical: en 2010 inicia su actividad en los Teatros del Canal de Madrid, centro en el que continúa desarrollando su labor en la actualidad como Coordinadora de Música y del Centro Coreográfico Canal. Además, ha reivindicado muy activamente el papel de las mujeres en el arte de los sonidos a través de su cargo como vicepresidenta de la Asociación Mujeres en la Música (2010-2014) o su participación en distintos encuentros, congresos o mesas redondas sobre la misma temática. Sus obras han sido interpretadas en numerosas salas de conciertos y en distintos festivales de Europa, América y Asia.
En su catálogo, concebido esencialmente en el s. XXI, encontramos un centenar de composiciones que incluyen obras orquestales, de cámara, páginas para instrumentos a solo, piezas vocales y electrónicas, bandas sonoras y arreglos de muy diversa naturaleza. Su lenguaje compositivo se asienta en las estrategias de la tradición occidental de la pasada centuria con el fin de explotar al máximo los recursos expresivos de los instrumentos. De hecho, los títulos de sus partituras nos dejan ver la cualidad programática o de inspiración extramusical de muchas de ellas, como es el caso de Sorginen soinua (El sonido de las brujas), obra encargo de la Fundación SGAE y de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) terminada en octubre de 2021. Se estrenó el 29 de septiembre de 2022 en el Auditorio Baluarte de Pamplona con la Orquesta Sinfónica de Navarra y su actual director titular Perry So, protagonistas también de la interpretación de hoy. En palabras de la propia autora:
“Siempre he sentido una enorme atracción por el mágico, sugerente y misterioso mundo de las brujas. La bruja es la encarnación de la amoralidad y de todo aquello que va en contra de los ideales de la sociedad; por ello se le hace responsable de todos los males que suceden en la vida cotidiana. Muchos de los mitos y supersticiones sobre ellas han sido recogidos por la cultura y tradición vasco-navarra escuchados por mí en el entorno familiar. La caída de la noche significaba un mundo nuevo en el imaginario popular, y las brujas surcaban los aires… Se reunían en akelarres para adorar al demonio que adoptaba la forma de macho cabrío –Akerbeltz-. Salían de las casas por ventanas y chimeneas y cuando se encontraban se saludaban con irrintzis. Los festejos concluían con el canto del gallo”.
La partitura de Sorginen soinua (El sonido de las brujas) está escrita para gran orquesta con una nutrida sección de viento metal y, sobre todo, de percusión con la prestancia de tres intérpretes. Arzamendi recrea el ambiente fantástico de una noche de aquelarre a través de un único movimiento dividido en siete secciones. En el primero, “I. Claro de luna sobre el prado”, lento y lejano, la cuerda en divisi nos presenta una atmósfera enrarecida y misteriosa mediante los trémolos con armónicos que se alternan con los, aún más perturbadores, glissandi de los trombones. El subtítulo de la “II. Danza nocturna entre nogales” es “Ez geala, bageala, amalaumilla emen geala” (“Que no somos, que sí somos, catorcemil aquí somos”), frase que proviene de un testimonio de 1917 recogido por José Miguel de Barandiarán, especialista en mitología vasca. Asistimos a una frenética danza que lideran los timbales y continúan las cuerdas.
El emotivo “III. Lamento de brujas” se dibuja a partir de una lírica melodía en las cuerdas no exenta de armonías disonantes y dolientes. Más adelante, el corno inglés y el clarinete exponen una tonada procedente del cancionero vasco recogido por Aita Donostia en Zugarramurdi. Tras la melancolía llega la celebración con el “IV. Akelarre, orgía y fiesta de Akerbeltz”, en donde los materiales se superponen y se enfrentan en las distintas secciones de la orquesta. “V. Turrun-ttuttun, ttuttun… Sorginak dantzan (Baile de brujas)” representa la danza favorita de las hechiceras, por eso, también su material musical principal está extraído de una canción popular autóctona con la caja imitando al tamboril.
En “VI. Irrintzi de las brujas” nos encontramos con una melodía lenta, quebrada y lúgubre presentada por el clarinete bajo, el trombón y el oboe en una sucesión punteada por tres irrintzis(grito ancestral agudo, estridente y largo) que se identifica con las llamadas de las brujas. Por último, “VII. Azken hegaldia (Último vuelo)” lleva por subtítulo “¡sasi guztien gainetik eta hodei guztien azpitik!” (“Por encima de todas las zarzas y por debajo de todas las nubes”). A partir de esta fórmula utilizada por las brujas vascas para volar, Arzamendi concluye la obra con un tutti que juega con los motivos de la sección anterior y que muere en el silencio.
Sorginen soinua pretende ser un homenaje a aquellas malogradas mujeres víctimas de persecución por brujería en el valle del Baztán y comarcas limítrofes a comienzos del s. XVII. La localidad del Pirineo navarro de Zugarramurdi fue el foco del proceso realizado en 1610 por el tribunal de la Inquisición de Logroño que concluyó con once mujeres condenadas a la hoguera. Debido a la dureza de estas penas, se convirtió en el juicio más grave de la Inquisición española contra la brujería.
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